Diseño de plantación

El diseño de la plantación de almendros es un factor clave para que la explotación sea rentable y sostenible a largo plazo.
El primer paso a la hora de diseñar la plantación de almendros es la selección del terreno donde vamos a realizar la plantación. Este paso es fundamental porque las condiciones del suelo tienen una fuerte influencia en el desarrollo de la planta.
Resulta imprescindible, antes de establecer una plantación de almendros, hacer un estudio exhaustivo del terreno, incluyendo la realización de análisis físico-químicos del suelo a diferentes profundidades para conocer la fertilidad de este, la textura, el pH, la salinidad, etc.
Los almendros prefieren suelos bien drenados y poco salinos. Hay que evitar los encharcamientos, realizando la plantación, en caso de ser necesario, sobre caballones.
El siguiente paso sería la preparación del terreno, con labores como subsolado, nivelación de las parcelas y aplicación de materia orgánica para mejorar la estructura y la capacidad de retener nutrientes.
La disposición de los árboles en la parcela y la densidad de plantación (marco) son aspectos de suma importancia, ya que influirán en gran manera sobre la productividad y sostenibilidad de la explotación.
El tipo de marco más utilizado es el rectangular, aunque también es frecuente la implantación de otros diferentes, como cuadrado, tresbolillo o cinco de oros.
La densidad de plantación hace referencia al número de árboles plantados por unidad de superficie. En este aspecto influyen temas como la variedad, el patrón a utilizar, el sistema de cultivo (tradicional, intensivo o superintensivo), la disponibilidad de riego o las características del suelo.
Un aspecto muy importante al diseñar una plantación de almendros, en concreto la disposición de los árboles, es tener en cuenta la polinización. Existen variedades que son autoincompatibles, por lo que hay que plantar variedades que realicen una polinización cruzada. Para mejorar esta polinización es importante el uso de colmenas de abejas.
Al escoger las variedades a implantar hay que tener en cuenta diferentes aspectos, como la adaptación a las condiciones climáticas de la zona, la época de floración y de maduración, la facilidad de manejo, la productividad, el grado de resistencia a diferentes enfermedades, la calidad de la almendra y las exigencias del mercado.
También es muy importante la elección del patrón o portainjerto, ya que esta parte del árbol es la que debe proporcionar la conveniente adaptación a las condiciones del suelo y a la presencia de patógenos en este, además de realizar la absorción de agua y nutrientes a todo el conjunto de la planta.
El portainjerto también tiene mucha influencia sobre el desarrollo de la planta, ya que dependiendo del que elijamos, influirá en aspectos como el vigor del árbol, la precocidad o la calidad de la producción.
En definitiva, diseñar una plantación de almendros es un trabajo de gran importancia que hay que realizar minuciosamente para asegurar la viabilidad y sostenibilidad de la explotación, teniendo en cuenta todos los aspectos agronómicos que pueden influir en el desarrollo de los árboles.